jueves, 8 de septiembre de 2011

Mejoría


Y Jesús como era de esperar, no me dejó sola, me tomó de la mano y me llevó por el camino que debía tomar, el de la medicina que ayuda a sobrellevar lo doloroso que tenemos que pasar en la vida. Y desde el día de mi última entrada es que estoy tomando los medicamentos que me recetó el médico y además he ido a ver a mi cardiólogo para que me ayudara en esta situación de contradicción de medicamentos.
 En definitiva, que hoy ya empecé con la segunda dosis y me siento mucho mejor. Supongo que dentro de unos días me sentiré mejor aún, pero por lo menos ha desaparecido la angustia y el deseo de llorar todo el tiempo. Todavía tengo que superar el miedo a salir y la energía para hacer cosas, cualquiera, todas, no sé, desde volver a trabajar hasta hacerme un plato de comida y en cuanto a salir desde ir a comprarme ropa hasta irme de vacaciones a Cuba con mi hija que me invitó y yo hasta ahora le dije que no porque no puedo, no me sale el moverme de casa.
 Bueno, eso es todo respecto de mi melancolía, o... no... no es todo, faltaría algo fundamental que apuraría todos los efectos beneficiosos de la medicación y es que Juan Carlos volviera a hablarme. Pero eso es algo que parece imposible ya.